Día del Trabajo: ¿Remoto, híbrido o presencial? Mitos y realidades sobre los modelos laborales y su relación con la productividad
- Los modelos de trabajo remoto, híbrido y/o presencial están ganando relevancia para empresas y colaboradores, especialmente en un contexto donde la flexibilidad laboral es cada vez más importante para mantener un equilibrio en las actividades profesionales y de la vida personal.
- Por ejemplo, en México 7 de cada 10 de los empleados que hacen home office han experimentado estrés laboral, atribuyéndolo al aumento de horas de trabajo y llamadas fuera del horario laboral desde el inicio de la pandemia.
Ciudad de México a 25 de abril de 2024.- En el marco del Día del Trabajo, el tema de los diferentes modelos de trabajo que han surgido sobre todo a partir de la pandemia ya sea remoto, híbrido o presencial, está adquiriendo una relevancia creciente tanto para las empresas como para sus colaboradores. Esto es especialmente notable en un contexto donde la flexibilidad laboral se ha convertido en una demanda cada vez más imperante. Aunque estos modelos ofrecen ciertas ventajas en términos de horarios, transporte y ubicación, respaldadas por normas como la NOM-037, también pueden plantear desafíos en lo que respecta a la colaboración y al mantenimiento de la cultura empresarial.
Por tanto, hallar un equilibrio se vuelve esencial para avanzar hacia una nueva forma de trabajo que combine lo mejor de ambos mundos, promueva la productividad, la colaboración y el bienestar de los empleados. De acuerdo con una encuesta reciente, en México, 7 de cada 10 de los empleados que hacen home office han experimentado estrés laboral, atribuyendo esto al aumento de horas de trabajo desde el inicio de la pandemia y las comunicaciones fuera del horario laboral, tanto de superiores como de compañeros.
“Los negocios deben contemplar que la productividad no reside exclusivamente en el espacio físico, sino en la capacidad de adaptación y eficiencia de los equipos. Los modelos de trabajo remoto, híbrido y presencial son herramientas que, bien gestionadas, pueden potenciar el rendimiento y la creatividad de nuestros colaboradores. Es crucial comprender que no se trata de una división entre estar presentes o ausentes, sino de encontrar el equilibrio que le permita a cada individuo alcanzar su máximo potencial, aprovechando las ventajas de la tecnología y sin perder de vista la interacción y la colaboración en equipo", explicó Marlene García Padilla, Directora General de CONTPAQi®, la compañía líder en el desarrollo de software empresarial y contable.
Bajo este panorama, la experta comparte algunos de los principales mitos y realidades de los modelos de trabajo que se posicionaron después de la pandemia, y su relación con la productividad:
Trabajo remoto
Mito: Se argumenta que las distracciones en el hogar, la falta de separación clara entre el trabajo y la vida personal, así como la dificultad para mantener la colaboración y la comunicación efectiva pueden afectar negativamente el rendimiento laboral de aquellos que trabajan desde casa. La idea de que los empleados pueden estar menos comprometidos o enfocados en sus tareas debido a la comodidad del entorno doméstico se ha convertido en una creencia común.
Realidad: Para algunos trabajadores, el trabajo remoto puede mejorar la productividad al reducir el tiempo de desplazamiento y gastos en transporte, pues cada persona puede gastar al año hasta 3 mil 875 pesos debido al tiempo que tarda en dirigirse de su hogar al oficina. Sin embargo, esto puede variar según el tipo de trabajo y las preferencias individuales. Por ello, la adopción de herramientas de colaboración en línea y la implementación de prácticas de gestión remota como CONTPAQi® Escritorio Virtual pueden contrarrestar algunos de los desafíos asociados a este modelo, permitiendo así que los equipos sean igualmente productivos desde cualquier lugar.
Modelo híbrido
Mito: Aunque se considera que el modelo híbrido combina lo mejor del trabajo remoto y presencial, su implementación efectiva puede llegar a ser complicada. Esto debido a retos como la necesidad de una comunicación clara entre equipos dispersos, la gestión del tiempo para equilibrar responsabilidades laborales y personales, y la infraestructura tecnológica y física adecuada que respalde este modelo.
Realidad: A pesar de que este modelo puede manifestar algunas dificultades en el camino, también puede ser exitoso con la creación de objetivos claros para superar los desafíos logísticos y culturales en las empresas. Esto incluye proporcionar capacitación sobre el trabajo en entornos híbridos, ajustar procesos y sistemas, invertir en herramientas tecnológicas para la comunicación remota y promover una cultura organizacional que valore la adaptabilidad. De hecho, el 84% de los colaboradores mexicanos continúa prefiriendo un esquema de trabajo híbrido altamente inclinado hacia el remoto (al menos 2 días de trabajo remoto).
Presencialidad en oficina
Mito: A pesar de los avances tecnológicos y cambios en la dinámica laboral, algunas empresas aún se aferran a la idea anticuada de que la presencia física de su personal de trabajo en la oficina es el único indicador válido de productividad. Esta mentalidad obsoleta puede llevar a políticas restrictivas que limitan la flexibilidad de los empleados y merman su satisfacción laboral. Además, este enfoque arcaico ignora las evidencias que sugieren que el trabajo remoto puede ser igual de productivo que el trabajo en la oficina.
Realidad: A medida que las organizaciones adoptan enfoques más flexibles y orientados a resultados, la evaluación de la productividad se ha vuelto más sofisticada. Cada vez se reconoce más que la productividad se mide mejor con objetivos específicos y la calidad del trabajo realizado, en vez de basarse solo en el tiempo dedicado en la oficina. Este cambio de paradigma destaca la importancia de una cultura laboral que valore la autonomía, la eficiencia y los resultados tangibles sobre la mera presencia física.
En conclusión, la elección entre trabajo remoto, híbrido o presencial no debería basarse en mitos o percepciones superficiales, sino en una comprensión de las necesidades individuales y la visión estratégica de las organizaciones, así como en un análisis objetivo de los datos disponibles. Si bien cada modelo tiene sus ventajas y desafíos, lo crucial es adoptar una mentalidad que permita adaptarse a las circunstancias cambiantes y priorizar la productividad, el bienestar de los empleados y la eficacia en la consecución de los objetivos empresariales.
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Tanya Belmont